lunes, 25 de noviembre de 2013

¡Atrévete a soñar! (Somniare aude)

Corren malos tiempos para los soñadores; para los que invierten las horas de clase dibujando o haciendo ritmos con los pies; para el que escribe un poema a hurtadillas y para el que recita en silencio un guión. No están hechos para vivir de lo gris y rutinario sino de ellos mismos. Mientras teclean desde su oficina el lado creativo del cerebro se convierte en una explosión de ideas, colores y figuras que aún no han encontrado voz. Fantasean apuntando todo ello en una libreta pero cuando acaba la jornada en el cubículo y relee las notas en el metro, se le antojan una tontería.

Su arte solo choca con barreras: conocidos, amigos y sobre todo familia le recuerdan que lo suyo está bien como hobby pero que de eso no se vive. Como si no se naciera para crear sino asumir lo que ya existe. Otra cosa parece coartarle: no es el mejor. Por mucho que se esfuerce siempre encuentra a alguien que le supera. Justo esa es la coletilla de los que quieren que abandone sus ideas locas de artista y vuelva a sentarse en el cubículo. A ser alguien, el mejor, el que más dinero gana y el que contempla sus pinceles de refilón.

¿Saben qué? No me gustaría ser esa persona. Hay quien tiene la habilidad especial de aficionarme con cosas que, aparentemente, no tienen futuro; la destreza de no ser lo suficiente bueno para algunos ojos (un tanto) arrogantes. En el momento que sabes que has decepcionado a los que tantas veces te han repetido "de eso no se come" comprendes que estás comenzando a vivir tu propia vida. Tus errores y aciertos son solo tuyos, de nadie más. Sabes que necesitas un colchón y por eso, vas a la oficina y a clase sabiendo que el aburrimiento es la mejor fuente de inspiración. Haces que trabajas pero en realidad creas y cuando revisas los garabatos, solo tienes ganas de atreverte a hacerlo realidad y a soñar aún más.



Un día podrás vivir de lo que amas y eso está por encima de cualquier montaña de billetes. 











viernes, 15 de noviembre de 2013

Lotería de Navidad 2013 o cómo cargarse un clásico de Elvis Presley

Los españoles tenemos un talento especial para cargarnos los grandes clásicos. Tenemos a Pitingo con su "Killing me Softly", a los Manolos con "Ol mai loving lai lo lai lo la" y la última perla: el anuncio de la Lotería de Navidad. En caso de apocalipsis zombie Elvis Presley se levantaría de la tumba y atacaría al grupo de artistas nacionales que se han cargado su "You Were Always in My Mind", sustituyéndolo por un trillado "Llega ya la Navidad, pon tus sueños a jugar".


El spot es el súmmun de los tópicos: un grupo de gente feliz congregada en torno a un árbol de Navidad coreando a Raphael, Niña Pastori, Marta Sánchez, Montserrat Caballé y Bustamante. Todo magia, alegría y una mezcla de estilos musicales que no pega ni con cola, peor que conjuntar rosa y naranja. No sé cuántos segundos tardaríais en poneros en modo Grito de Munch preguntándoos "¿Pero qué coño...?"... A mí me pasó con la aparición estelar de Raphael a los treinta segundos. Por cierto, el gran protagonista junto con Montserrat Caballé.



Que sí, que el pueblo de Pedraza estará muy bonito iluminado con velas ¿Cuánto habrá costado eso? ¿Cuánto habrá costado pagar a este grupo de celebrities? y lo más importante de todo... ¿Se ha comido Niña Pastori al calvo?

Queremos que vuelva el calvo narices, el que soplaba sueños y promesas de un futuro acaudalado al son de los violines. Empezaba a ser tan tradicional como los discursos del Rey. Las cosas no han vuelto a ser las mismas desde que desapareció misteriosamente.

Por cierto, si en una noche oscura de invierno escucháis un "Na na na na" aproximándose, huid. No miréis atrás ¡Esconderos! Raphael parece tan psicópata como Omar de  The Wire.  "¡Raphael coming, Yo!"









martes, 12 de noviembre de 2013

Lo llaman café de vainilla...y sí lo es

Una de las grandes maravillas de la universidad es la máquina de café: casi siempre a tu disposición y con un mínimo de oferta variada. Desde primero de carrera el café vainilla ha sido mi elección exclusiva entre clase y clase, será que aún no estoy preparada para la explosión amarga que supone el verdadero sabor del brebaje que, cada mañana, nos da los buenos días.

 Endulza los descansos, hace más apacible y llevadera la clase de turno y escandaliza a los alumnos que, del aburrimiento, buscan cualquier excusa nimia para distraerse del discurso del profesor: "¡Eh, que huele a vainilla ¿Quién es?". Lo llaman café de vainilla y lo es. Porque sabe. Sabe a carrera, a cotilleos, risas, a las esperas en reprografía y a alguna que otra tarde de biblioteca. Lo echaré de menos cuando termine mi etapa universitaria.






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Pues sí, me dediqué a coleccionar los vasos en los que he bebido mi café favorito.

jueves, 7 de noviembre de 2013

No sé si quiero ser periodista

Me pregunto cuántos estudiantes de periodismo seguirán motivados con la carrera, de verdad. El campus es un desfile de caras largas: unas de desesperación y otras de resignación, de esas que ya tienen asumido que la universidad no les va a dar lo que buscaban. El problema es que a lo mejor el futuro tampoco cumple con ese cometido pero mejor no pensar en ello. 

Muchos de nosotros hemos olvidado por qué quisimos ser comunicadores. Llevamos cuatro años escuchando que queremos dedicarnos a una profesión que tiene un pie en la tumba; que seremos sustituidos por gente con smartphones, que tendremos que besar los pies de las empresas que, caritativamente, se encargan de financiar el cotarro de los medios de comunicación y que viviremos con dos duros.



Salimos de la universidad y solo escuchamos malas palabras hacia los periodistas. Todo el mundo les odia: "manipuladores", "vendidos" y "chorizos" son los epítetos más suaves que les dedican. He llegado a conocer a gente que asegura que "le caen mal todos" y les mete en el mismo saco que a los políticos corruptos

Cuando nos preguntan qué estudiamos algunos agachamos la cabeza y respondemos avergonzados "periodismo". Nos sentimos de menos en una mesa en la que tus amigos son abogados, médicos, empresarios... 

Periodismo y desprecio van de la mano y por eso  nos sentimos timados: con la carrera y con la vida. Quizá acabemos yéndonos fuera en busca de otra realidad (aunque lo crean o no la crisis de los medios está en todas partes) o terminemos ejerciendo de otra cosa. Nos gustaría cambiar el mundo, que ser periodista volviera a ser algo así como un Sherlock Holmes de las noticias y que el trabajo volviera a ser valorado. Se supone que a nosotros, nuevas generaciones, nos debería tocar llegar a eso pero sinceramente, llevamos tanto tiempo cabreados que a lo mejor nos cuesta un poco dar el primer paso. Yo ya ni sé por qué me metí en este tinglado, ojalá el tiempo me y nos de una respuesta. 

miércoles, 23 de octubre de 2013

V Jornada sobre Comunicación Corporativa: abran paso a las Apps

El pasado viernes 19 de octubre se celebró en la Universidad Carlos III de Madrid la V Jornada sobre Comunicación Corporativa 2.0 (#com20uc3m), centrada en la creación y uso de aplicaciones móviles. Podría resumir las ponencias de Javier Muiña Peláez (Red Bull), Sara Pedraz ( Deloitte), Jaime Solano (2dmayo.com) o Diego Rivera (Best Relations) en una frase: renovarse o morir. Resulta que los métodos tradicionales para comunicarse con los trabajadores o llegar a un público objetivo ya no valen y la solución a esto cabe en la palma de la mano: el smartphone.

Publicidad y medios de comunicación
Parece ser que los teléfonos móviles se usan para todo menos para lo que fueron concebidos, llamar. No podéis imaginaros el potencial publicitario que tienen estos chismes. Basta un poco de creatividad y savoir faire para sacarles el máximo partido. 

Eso no significa que todo pueda simplificarse a una App. La publicidad actual tiene su origen en las emociones; quiere convertirse en una experiencia inolvidable. Algunas veces se consigue con una App (como Durex Baby, en la que juegas a ser padre o madre de un retoño que vive en tu celular, con todas sus consecuencias) y otras con convencer al público de que el metro de Milán es el más rápido del mundo bajándoles, de repente, en la estación de Shibuya.

El mercado y explotación de las Apps aún no cuenta con muchos profesionales, algo alentador teniendo en cuenta que, como estudiante de periodismo, llevo cuatro años escuchando que mi futura profesión está muerta. Resulta que no, solo se está echando la siesta. La prensa española aún no se ha adaptado a las Apps, ni siquiera a otros soportes que no sean el papel. Actualizarse no es trasladar el formato tradicional a la pantalla; conlleva hacer el contenido más interactivo, llamativo y menos denso. Es incómodo leer en la pantalla del móvil un reportaje de cuatro páginas (hasta de dos), nadie quiere arrastrar el dedo durante tanto rato, por no hablar de que es bastante probable que acabes clicando en alguna ventana de publicidad que de al traste con la lectura. 

Tener una página web no es sinónimo de adaptarse al siglo XXI. La de puestos de trabajo que se generarían si los medios se dieran cuenta de que necesitan mucho más para llegar a las nuevas generaciones.

En comunicación corporativa
De la construcción de una Intranet a modo de "red social laboral" hablaron dos representantes de Gestamp Renewables hablando sobre el proyecto Leading the Change, que consiste en trasladar herramientas 2.0 al ámbito corporativo para promover la conversación entre los empleados y el sentimiento de pertenencia a la empresa. La comunicación interna también se sube al carro de las nuevas plataformas. Si el empleado está atento a su Facebook ¿Por qué no de la red social de la empresa? 

También se habló de un whatsapp corporativo, aunque he de reconocer que la idea me dio un poco de miedo. Lo traduzco en "ni en vacaciones me dejan tranquila". No puedo imaginarme estar en la playa y recibir constantemente notificaciones de los del curro, terminaría arrojando el móvil al mar.

Apps en el ámbito universitario y cultural
Crear una App completa para Aula Global y Campus Virtual me pareció un proyecto bastante ambicioso, aunque necesita alguna que otra revisión. Javier Guzmán, profesor de la universidad, no terminó de convencer a su audiencia con la idea de que crear una App para cada necesidad dentro del campus, cuando en realidad resulta más sencillo una que satisfaga todas sin inundar la pantalla de iconitos. Eso sí, los alumnos estamos bastante intrigados en cómo adaptarán Aula Global a los smartphones ¿Será eficiente o resultará tan aparatosa como las Apps que ya existen para suplir la necesidad de consultar esa sección?

Los museos también se apuntan a la fiebre de las aplicaciones móviles pero tienen mucho que debatir, tanto en la forma de explicar los contenidos como si serán de pago o no (espero que fomenten la desaparición de la figura del guía turístico). 

En suma, las Apps han llegado para quedarse y solucionar necesidades que, de momento, no están cubiertas completamente. Su posicionamiento en el Google Store y similares es un terreno prácticamente virgen con muchas posibilidades laborales (y se gana pasta, ojo). Lo dicho, renovarse o morir; pero tampoco es ponerse a hacer Apps a mansalva. Solo hay que pensar en acciones que resuelven problemas cotidianos y que, a ser posible, generen ingresos. 









miércoles, 16 de octubre de 2013

Femen España: las formas "son sagradas"

He pasado las últimas semanas haciendo un reportaje sobre Femen España. Sí, esas que enseñaron las tetas al grito de "el aborto es sagrado". Se trataba de un trabajo universitario pero considero que es algo que debería salir más allá de los ojos del profesor, pues hay muchas cosas que, de momento, los medios de comunicación no han tenido en cuenta.

 Una de ellas es saber qué hay más allá de las declaraciones de Lara Alcázar, Inna Shevchenko, Pauline Hillier y su ejército de activistas. Son las cabezas de este movimiento feminista que está echando raíces en España y que, de momento, cuenta entre 15 y 20 mujeres. Solo mujeres. Resulta que los hombres no tienen cabida en su lucha por la igualdad, solamente en la elaboración de tareas secundarias.


 "El arma de las Femen son sus pechos" puede soltarme alguna de sus afiliadas y tendría un pase, pues pretenden superar la cosificación del cuerpo de la mujer transformando lo que siempre ha sido erótico en un arma. Lo que escama un poco es que estos no puedan ni ser partícipes de su asamblea "privada" que organizan todas las semanas. Ni ellos ni nadie de fuera. Para estas "amazonas" la revolución hacia la igualdad de la mujer se hace a puerta cerrada. Si quieres contribuir únete a la causa. Punto.

Si cuestionas su ideario es que te falta un hervor y no lo digo yo, solo interpreto la respuesta de Lara Alcázar cuando el 20 minutos le preguntó sobre este tema: "si una mujer no está a favor de la defensa de los derechos humanos y de reclamar lo que le corresponde a la mujer, que es lo que hacemos nosotras, habría que replantearse muchas cosas". En mi tierra eso se traduce como un "háztelo mirar" ¿Y si resulta que no estás a favor de lo que hacen ellas, de sus métodos?

Para ellas la acción habla por sí sola pero resulta que eso no es suficiente. Si lo que quieren es apoyo deberían ARGUMENTAR y explicar qué quieren una, dos y tres veces y de una forma abierta. Lo único que consiguen es restarse credibilidad. Atacar está bien pero de vez en cuándo deberían recordar qué defienden y apoyan. Repito, el poner el cartel de "Prohibidos los chicos y extraños" en la puerta de la casa del árbol es absurdo. Si lo haces, cuenta por qué, pon ejemplos. Convenced, narices.

A nivel interno las propuestas tampoco son bienvenidas. No sé si le habrán echado un vistazo a su cuenta de Twitter (femenspain) o a la de Facebook (Femen Spain) pero la forma de defender su lucha es, cuanto menos, nefasta. Un tema tan complicado como el feminismo necesita ser explicado una y otra vez para ser entendido. Falta profundidad en sus argumentos-motivo por el que no se las toma en serio- y estos son agresivos. Es un discurso de niña adolescente que se quiere rebelar contra el orden establecido.

 El debate se planteó dentro de la organización de Femen Spain y aunque se les ofreció ayuda, la rechazaron. Ni entre ellas hay igualdad y eso es algo que ha agotado la paciencia de alguna que otra activista. El nombre no importa, solamente que estuvo ahí dentro y sabe de qué va la cosa:  "es lobo con piel de cordero. Utiliza a España como plataforma de propaganda mundial, sin darse cuenta del posible daño. Daño que hace trastocando un mensaje tan importante como que la mujer no es un objeto. He sido un proyecto de activista de esta organización manipuladora, que debido a su jerarquía y poca flexibilidad impide llegar el verdadero mensaje por el que, al menos yo quería gritar".



miércoles, 23 de enero de 2013

"Y colorín colorado, el cuento de la raza ha terminado"


¿Cuál es vuestro color favorito? Es plantear esta cuestión y cualquier clase de párvulos se convierte en un vendaval de colorines: ¡Rojo! ¡Azul! ¡Verde! ¡Naranja!  Sonríen tanto cuando alguien coincide con su color como cuando no, pues en este caso se sienten únicos. Cuando los niños crecen, aplican estas preferencias a su día a día “lo ves todo negro”, “la vida no es de color de rosa”, “vivimos en un submarino amarillo”… Asumen que viven en un mundo de “colores buenos” y “colores malos”: los profesores corrigen en rojo, los estudiantes copian los apuntes en verde para que no se los fotocopien y los malos de sus series de dibujos normalmente visten de negro.

Ni que decir tiene que este criterio se ha aplicado al color de las personas durante muchísimos años. Hay dos reacciones a lo diferente, una de ellas es el miedo, sobre todo si vemos que la situación se nos escapa de las manos. Volvamos a la clase de párvulos para ilustrar la otra. Cuando un niño dice que su color favorito es el marrón, siempre hay un compañero que salta con un “Jopé, qué tonto, ese color es súper feo ¡A nadie le gusta!”. El otro chaval agacha la cabeza, avergonzado. Cuando “lo diferente” se domina, el miedo se convierte en prepotencia. Quedaos con esta reflexión porque tiene que ver con lo que viene a continuación.

Empecemos con un poco de biología: el fenotipo son los rasgos biológicos, evidentes o manifiestos, de un organismo (pelo rubio, piel oscura) mientras que el genotipo, su composición genética (ADN). La raza es un grupo étnico a la que se le supone una base biológica (raza negra) y la clasificación racial el intento de ordenar a los humanos en diversas categorías basándose en un linaje común.

El concepto de raza es una categoría cultural, no tiene ninguna base biológica. La idea de que personas blancas y personas de color son diferentes a nivel genético es falsa. Es más, el origen de esta distinción tiene una base histórica… ¿Queréis conocerla?

La categoría “raza” como se entiende en Estados Unidos fue un mecanismo social que se inventó en el Siglo XVIII para referirse a aquellas poblaciones reunidas en la América colonial: inglesa, otros asentamientos europeos, indígenas conquistados y personas de África traídas para suministrar mano de obra esclava. El concepto se perfiló en base al teorema de la Gran Cadena del Ser.   Este afirmaba que todos los organismos podían ser ordenados del más simple al más complejo de manera lineal y progresiva, hasta llegar al hombre. Esta jerarquía estaba establecida por Dios o la naturaleza. Los esclavos y los indígenas conquistados ocuparían un lugar inferior en esta cadena, por lo que su trato desigual estaba justificado.

Mientras se construía la sociedad estadounidense, los líderes europeo-americanos fabricaron las características culturales/conductuales asociadas a cada raza. Vincularon los rasgos superiores (los rotus de colores bonitos)  con los europeos y los negativos (los rotus feos y gastados), inferiores, con los indígenas y los negros. Así fue como se institucionalizaron algunas creencias arbitrarias y ficticias acerca de los diferentes tipos de personas, enraizándose profundamente en los pensamientos europeo y americano. La “raza” fue la estrategia idónea para dividir, clasificar y controlar pueblos colonizados, fue utilizada en todas partes. Ni que decir tiene las consecuencias que ello tuvo durante la Segunda Guerra Mundial, cuando niño con  bigote y babi verde utilizó ese criterio para  exterminar a aquellos que discrepaban de su color favorito y por tanto, eran inferiores.

La raza se construye culturalmente, por lo que su acepción varía de un país a otro. La afirmación “es  de raza x” no se asume de igual forma  en Estados Unidos, Japón y Brasil. Aquí el por qué.

Estados Unidos

La identidad racial se adquiere al nacer. Si un hijo nace de una pareja en la madre es blanca (50% de los genes) y el padre negro (50%), pasarán por alto la herencia y clasificarán al niño como “negro” (¡aunque sea blanco como la nieve!) Esta regla es totalmente arbitraria. En algunos estados, cualquier persona que tenga un ancestro negro, sin importar cuán remoto sea, se le clasifica como miembro de raza negra (preguntádselo a Peter Griffin)  Esto se denomina hipodescendencia

Japón

Los estadounidenses ven a Japón como una nación homogénea en raza, idioma y cultura, imagen que los propios japoneses cultivan. De hecho, fue un ex dirigente japonés, Yasuhiro Nakasone, el que    planteó en los 80 que el éxito de Japón frente a los yanquis en los negocios se debía a su supuesta homogeneidad.

Para los japoneses, la más mínima perturbación de su “pureza”, la más discreta diferencia racial es suficiente para juzgar a las personas. La actitud de los japonenses es de “racismo intrínseco. No aceptan a cualquiera que “no sea de los suyos”. Mecanismos culturales como la segregación racial y tabúes acerca del matrimonio interracial mantienen a las minorías en su lugar.

Brasil

Carecen de la regla de hipodescendencia de Estados Unidos y del extremo racismo nipón. Las categorías raciales brasileñas son más flexibles y menos excluyentes, incluso los indígenas pueden cambiar de raza. Basta con variar la forma de vestir, el lenguaje e incluso la actitud. Existen hasta casi 500 etiquetas raciales, ya que reconocen mejor su diversidad.  

La tradición de niños que patalean porque los colores que su clase prefiere no sean los que a ellos les gustan es larga. La de los que se suben a la silla y proclaman su superioridad por ser el que prefiere el color más bonito y convence a los demás niños para que se unan a su posición, también. Hablar de razas en nuestros días debería ser impensable pero algunas sociedades aún necesitan pregonar la superioridad de sus élites y justificar la inferioridad de los más desfavorecidos.  Ser de piel oscura no significa ser un hacha del basket o un atleta formidable. Si en aquel momento los colonizados adquirieron tal estatus no fue porque resultaran “inferiores”, sino porque carecían de recursos para oponerse a ellos, estaban menos desarrollados, o quizá no tanto como se suele creer ¿Por qué? Ese dilema es merecedor de otro post, o de vuestros comentarios.


Por cierto ¿Alguien sabe cuál era el color favorito de Hitler?