Mostrando entradas con la etiqueta somniare aude. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta somniare aude. Mostrar todas las entradas

lunes, 25 de noviembre de 2013

¡Atrévete a soñar! (Somniare aude)

Corren malos tiempos para los soñadores; para los que invierten las horas de clase dibujando o haciendo ritmos con los pies; para el que escribe un poema a hurtadillas y para el que recita en silencio un guión. No están hechos para vivir de lo gris y rutinario sino de ellos mismos. Mientras teclean desde su oficina el lado creativo del cerebro se convierte en una explosión de ideas, colores y figuras que aún no han encontrado voz. Fantasean apuntando todo ello en una libreta pero cuando acaba la jornada en el cubículo y relee las notas en el metro, se le antojan una tontería.

Su arte solo choca con barreras: conocidos, amigos y sobre todo familia le recuerdan que lo suyo está bien como hobby pero que de eso no se vive. Como si no se naciera para crear sino asumir lo que ya existe. Otra cosa parece coartarle: no es el mejor. Por mucho que se esfuerce siempre encuentra a alguien que le supera. Justo esa es la coletilla de los que quieren que abandone sus ideas locas de artista y vuelva a sentarse en el cubículo. A ser alguien, el mejor, el que más dinero gana y el que contempla sus pinceles de refilón.

¿Saben qué? No me gustaría ser esa persona. Hay quien tiene la habilidad especial de aficionarme con cosas que, aparentemente, no tienen futuro; la destreza de no ser lo suficiente bueno para algunos ojos (un tanto) arrogantes. En el momento que sabes que has decepcionado a los que tantas veces te han repetido "de eso no se come" comprendes que estás comenzando a vivir tu propia vida. Tus errores y aciertos son solo tuyos, de nadie más. Sabes que necesitas un colchón y por eso, vas a la oficina y a clase sabiendo que el aburrimiento es la mejor fuente de inspiración. Haces que trabajas pero en realidad creas y cuando revisas los garabatos, solo tienes ganas de atreverte a hacerlo realidad y a soñar aún más.



Un día podrás vivir de lo que amas y eso está por encima de cualquier montaña de billetes.